lunes, 13 de abril de 2009

Samanta Villar - 21 días fumando porros (a la segunda va la vencida)

Tras ver el reportaje (por llamarlo de alguna forma), se me ha quedado un poco de mal cuerpo. La chica pinta esto un poco mal, y lo que me llama la atención, es que los argumentos negativos que salen sobre fumar petas, siempre vienen fundamentados por un consumo excesivo (se pone hasta las cejas) o de mano de ex-fumadores compulsivos. Creo mucho más importante la intervención del Sr. Escotado (escritor), o la chica que padece esclerósis degenerativa.

Otra cosa que me llamó la atención, es la fundación vasca que se dedica a la distribución legal (PANNAGH). Me parece que tienen un tinglado muy bien montado y envidio a los vascos que tienen acceso a esta organización. Es tanto el interés que me ha despertado, que he indagado para ver si encontraba algo acerca de ellos en la red.

Y voilá, se hizo la luz. He descubierto que tienen un blog. He comenzado a leer su última entrada, y me ha invadido la felicidad (y eso que no estaba fumando xD). Me ha encantado como, en referencia a lo que digo en el primer párrafo, analizan el trabajo de Samanta Villar haciendo una crítica que me parece muy acertada y muy bien argumentada.

Sin más preámbulos, os dejo con su escrito, citado textualmente.

Imaginemos que una “periodista” con ganas pocos escrúpulos profesionales se dedicara durante tres semanas a meterse dosis masivas de alcohol en el cuerpo: Unas cuantas copas de orujo en el
desayuno, unos chupitos de güisqui a media mañana, tres litros de Rioja en el aperitivo y así, exceso tras exceso, hasta el coma etílico. Imaginemos que, además, la “periodista” insistiera en hacer su “trabajo” en plena melopea. El resultado, sin duda, sería lamentable. Si, para colmo de amarillismo, la susodicha intentara extraer profundas conclusiones acerca de los peligros de la bebida y se dedicara a dar cancha a ex-alcohólicos partidarios de implantar la Ley Seca como forma de hacer frente al consumo abusivo, está claro que nadie la tomaría en serio.
Pues bien, en el programa “21 días fumando porros”, emitido el pasado viernes 27 de marzo en Cuatro, Samanta Villar, la intrépida “periodista”, hace exactamente eso, solo que cambia el alcohol por el cannabis. ¿Se puede llamar periodismo a semejante ejercicio de irresponsabilidad?
El programa de la Cuatro fue una muestra clásica de manipulación y propaganda anti-drogas en el más rancio estilo. Se alteró el orden de los acontecimientos (el brutal colocón holandés, por ejemplo, se produjo varias semanas antes de rodar el resto) y se eliminaron varios días de material grabado (como la visita a la asociación MACA de Barcelona) para que todo encajara en el guión preestablecido. Se suprimieron los mensajes políticos de las asociaciones cannábicas y se dio un peso exagerado a un pequeño grupo de ex-adictos que no representan ni de lejos la realidad de la mayoría de quienes fumamos porros.
Por otra parte, la aportación del programa al necesario debate social sobre el cannabis, sus beneficios y riesgos, y su situación legal es, sencillamente, prescindible. ¿El cannabis no es inocuo? Ya lo sabíamos. ¿ Los excesos son malos? Vaya novedad. ¿Qué hay gente que haría mejor en no probar los porros en su vida? Es lo que llevamos diciendo desde hace años. ¿Y para eso tanto ruido? ¿Eso es todo lo que Cuatro es capaz de aportar a un debate tan serio?
Por fortuna, no todos los que usamos el cannabis cometemos los estúpidos excesos de la periodista de Cuatro. La inmensa mayoría de personas usuarias de la planta somos gente normal y no tenemos graves problemas debidos a nuestro consumo. Pero, sobre todo, solemos ser gente responsable que afronta las consecuencias de lo que hace. En cambio, la penosa imagen final de Samanta Villar, jurando que, tras el brutal atracón de cannabis que se acababa de pegar, nunca más volvería a fumar un porro, evoca sin remedio al típico irresponsable que, tras desoír los consejos de todo el mundo y emborracharse hasta las cejas, asegura por la mañana, en plena resaca, que nunca volverá a beber.
Las actuales políticas de drogas son un desastre que causa más daños que las propias drogas, como acaba de reconocer la Comisión Europea en un reciente informe. La vigente regulación legal sobre el cannabis, además de alimentar un inmenso mercado negro de naturaleza mafiosa y deteriorar la calidad de producto, coarta la libertad de millones de adultos y dificulta el acceso a los enfermos que podrían beneficiarse de sus propiedades medicinales, sin conseguir impedir a cambio el acceso de los adolescentes a la sustancia. La reforma de ese marco legal es una cuestión de gran calado social y debe abordarse con seriedad, basándose en datos sociológicos y científicos, no en los prejuicios y experiencias de unos cuantos profesionales del engaño y la telebasura.

Martín Barriuso Alonso.
Presidente de la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC). www.fac.cc


Creo que la verdad cae por su propio peso. El reportaje está manipulado de forma deliberada...

Se que este es un blog modesto, pero desde aquí animo a PANNAGH en su labor y aplaudo su maravilloso trabajo.

Un saludo.

1 comentario:

SR. NARANJA dijo...

A mi me la pela un poko lo ke digan o dejen de decir, siempre he intentado ser un tio alejado de las modas, hago las cosas como y cuando me apetecen, y si dicen ke eso "está pasado" o "no se lleva" o "es malo", eso lo decido yo (no hablo de anarkia ni de política), simplemente no me gusta ser un Vicente más en ésta sociedad ke nos ha tokado vivir, nadie puede (ni debe) decirme como vivir mi vida porke es eso, mia.

Dicho esto, kreo ke keda bastante clara mi opinion sobre éste tipo de reportajes (si se les pueden llamar así), abusar siempre es malo, de echo se puede morir por abusar del agua, y ké hay más inofensivo ke esa bebida?

Buena estrada Sr. Marron.

PD: Me veré el "reportaje" con un buckard de yerbusket, bien cargadito ;)